Unas
de las cuestiones esenciales del momento es conocer con precisión cómo y de qué
forma están afectando los enormes cambios económicos y sociales que estamos
viviendo a la consciencia, actitudes y comportamientos de la ciudadanía. Para
la izquierda transformadora no es un problema menor: conocer lo que piensan
realmente las gentes en momentos donde, parecería, que todas las crisis se
acumulan y se anudan en torno al régimen salido de la transición, es ahora un
problema político decisivo. Buenas encuestas, en síntesis, para dar un
fundamento realista a las propuestas que
se formulan en la esfera pública.
Esto
viene a cuento del debate abierto, sobre todo, en los mentideros políticos de
la derecha extrema ante la encuesta realizada por la Fundación del BBVA sobre
valores y actitudes sociales de las ciudadanas y de los ciudadanos de diez
países de la Unión Europea (Alemania, Dinamarca, España, Francia, Italia,
Países Bajos, Polonia, Reino Unido, Republica Checa y Suecia)
El
estudio titulado “Values and Worldviews” se realizó por IPSOS entre noviembre
del 2012 y enero del 2013, con una muestra de 15 mil personas. ¿Por qué mereció
una encuesta como esta tal atención y tan duras críticas de los tertulianos
ultras? Porque se ponía de manifiesto,
una vez más, que para una parte sustancial, claramente mayoritaria, de la
opinión pública europea la defensa del Estado del Bienestar seguía siendo
fundamental y que cinco años de crisis habían propiciado el convencimiento
de que las políticas de ajustes que se han venido practicando son injustas e
ineficaces . Para decirlo con más claridad: la ciudadanía demanda derechos
sociales y laborales garantizados por el Estado y una mayor implicación de este
en el funcionamiento, regulación y
control de eso que eufemísticamente se llama mercado. Lo peor, de ahí el
escándalo superlativo, era que la opinión pública española era la
más radical en estas posiciones “intervencionistas y antiliberales”: ¡tanto dinero invertido en
propaganda, tertulianos y en sesudos estudios para esto! Siguel leyendo -->
No
es posible resumir en tan poco espacio la riqueza del estudio y sus
consecuencias para el análisis de la realidad social tal como las perciben las
personas concretas. Solo aquellos datos más gruesos y definitorios. Lo primero,
es constatar que los españoles tienen una percepción clara de la hondura y
gravedad de la crisis económica internacional y nacional. Segundo, los europeos
identifican con mucha precisión (entre el
89 al 75,6 por ciento) quiénes son los culpables de la crisis: los
banqueros, los políticos, los gobiernos nacionales, los dirigentes de la UE,
las compañías financieras, el Banco Central Europeo. Esta percepción, cuando
llega la ciudadanía española, son aún más mayoritarias, superando el 80 y 90
por ciento. Tercero, la media de los encuestados están entre las políticas de
ajuste (38,5) y de aumentar o mantener
el gasto (40,3). Los españoles lo tienen
mucho más claro: solo el 20 por ciento está por los ajustes, el 58,7 apuesta por el
mantenimiento o el incremento del gasto público.
Como
antes se dijo, la defensa y el desarrollo del Estado de Bienestar es un
elemento fundamental de la identidad de los ciudadanos y ciudadanas europeas.
La media europea de los encuestados (66,2 por ciento) consideran que el Estado
tiene la responsabilidad principal de asegurar la vida digna de las personas.
En España la cifra es del 74,1 por ciento, solo superada por Italia (76,3).Una
clara mayoría (66,2) opina que es
necesario un amplio sistema de Seguridad Social aunque esto implique impuestos
más altos. En España, la opinión es más mayoritaria: el 80,5 por ciento,
superada por Suecia, Dinamarca y los Países Bajos. No es de extrañar que para
la mayoría de los europeos es fundamental incrementar el gasto en sanidad,
educación, atención a las personas mayores, discapacitados. parados.
Es
muy significativa la opinión sobre el papel del Estado en la economía. Sobre
10, el 6,8 por ciento considera que el Estado debe tener un papel muy activo en el control de la economía; en
España el 7,1, solo superada por Francia (7,4). El 6,1 considera que la economía
de mercado es el sistema más conveniente para el país, sin embargo(es un dato
interesante) el 6,0 considera que esta economía es la causa de las
desigualdades sociales; en España las cifras varían: el 5,2 aprueba la economía
de mercado pero el 6,6 consideran a dicha economía la cusa de las desigualdades
sociales.
Otra
cuestión a tener en cuenta es la opinión sobre el euro y la Unión Europea. La
ciudadanía de los cinco países encuestados que pertenecen a la zona euro, excepto los Países Bajos,
consideran que el euro ha sido negativo para sus respectivos países; los
otros(los que no pertenecen a la zona euro) opinan muy mayoritariamente que es
que es positivo estar fuera de la moneda única. Sin embargo, esto hay que
subrayarlo, la mayoría no está de acuerdo con la vuelta a las monedas
nacionales. Es coherente con esto la opinión, también muy mayoritaria, de que
el euro se va a mantener en el futuro. Algo hay en todo esto que no casa
demasiado: la mayoría (el 60,2) consideran que cada país debe mantener la autoridad sobre su política económica.
¿Puede
extrañar que los ciudadanos y ciudadanas consideren a los políticos los
culpables de la crisis? No demasiado. Sobre 10, el 7,7 de los encuestados
consideran que los políticos dedican más atención a sus intereses que a los
intereses de la sociedad; en España esta opinión llega a 8,3, la más alta
después de Italia (8,7) e igualada con la República Checa. Los políticos son
los menos valorados de los grupos sociales y profesionales (3 sobre 10) junto
con los periodistas (4,5), religiosos (4,7), empresarios (4,7).En España
suspenden específicamente militares y jueces. La valoración de los políticos:
1,5 sobre 10.
Una
parte mayoritaria considera que la democracia no funciona bien en sus países.
Esto es mucho más grave para los italianos y los españoles. La mayoría
considera que el voto es la forma
principal que tiene las gentes para influir en las políticas que hacen los
gobiernos pero, este pero tiene su importancia, consideran que tienen poco
influencia en las decisiones políticas.
( Las bases sociales para una propuesta programática y republicana -I-. Publicado en Cronica Popular Abril de 2013)